La piedra filosofal

Hola, hechicero en potencia. Qué gusto tenerte aquí de nuevo para disfrutar de una nueva entrada en la sección de alquimia de este blog. Y es un gran momento, porque en esta entrada hablaremos sobre un elemento de la literatura, de la magia y de la alquimia que no puede faltar en ningún blog sobre el tema, y el que por cierto me he tardado un poco en subir a este. Me refiero, claro está, a la piedra filosofal. Claro, esa piedra que todos conocemos, mayormente por la primera película y libro de la saga del niño mago, y que a todos nos dejó con la incógnita de ¿qué es realmente y cómo funciona?

Bueno, en esta entrada descubriremos lo que los magos antiguos pensaban de ella, la forma en que se decía podía conseguirse, moldearse, fabricarse o llegar a ella; las funciones que tendría una vez obtenida y muchas cosas más. Lo cierto es que todo esto no dejaba dormir a los alquimistas de antaño, pero la verdad es que dentro de la alquimia, si bien se buscaba la piedra filosofal con ahínco y denuedo, la verdad es que solo era considerada como un bien material, pues había cosas mayores que buscar para un alquimista real. No obstante, la piedra era, por decirlo así, el último escalón antes de adentrarse en algo más profundo. 

¿Qué es este objeto tan particular?

En los tiempos antiguos, de la edad media y seguramente tiempos más atrás, los magos y alquimistas de la época (hombres de ciencia, que además de ello albergaban un gran interés y control de los fenómenos mágicos, la astronomía y el esoterismo) bautizaron con este nombre a un objeto de valor inmesurable: un objeto que permitía una gran cantidad de beneficios a quien diera con la difícil tarea de crearla y llegar a ella. No en vano grandes mentes como la de Paracelso, Basilio, Flamel, Newton y otros más llegaron a pensar en ella como el último logro a conseguir antes de alcanzar la perfección, la iluminación y el saber verdadero, que es lo que, a la postre, se buscaba obtener al seguir los caminos de la alquimia. 

En ciertas teorías de otros alquimistas, y que se ven difícilmente comprensibles debido al lenguaje alquímico que se usaba, nos habla del hecho de que la “piedra” en sí misma no era una piedra. Su origen era pétreo y se podía desmenuzar como una, pero se decía que era piedra y a la vez no lo era. Esto lleva a ciertos estudiosos a sugerir que podía tratarse de un polvo o de material de constitución parecida a la pirita o a la arenisca. Debía separarse de un compuesto azufroso con la finalidad de llegar a los verdaderos componentes, y unirlos a posteriori para conseguir la piedra en su forma más pura. Todo este proceso de obtención venía dado por varios alquimistas, que si bien tenían sus propias teorías y procesos para conseguir hacerse con el valioso material, coincidían, en uno de los pocos puntos, en que era un material incombustible, y podía cambiar de color mientras se trabajaba con ella, siendo roja como un rubí en su etapa final, blanca en su etapa inicial (en la que podía transmutar metales sencillos en plata), y negra cuando comenzaba a pudrirse, siendo un material perecedero.

Historia de la piedra filosofal

Cuando tomamos consciencia de todo esto llegamos a la conclusión de que no debía ser nada fácil elaborar semejante material; y es que debemos estar de acuerdo en algo, si algo fuese demasiado fácil, lo más seguro es que los alquimistas y científicos no tendrían tanto interés en ello, ¿verdad? Entonces nos podríamos preguntar: ¿cómo fue que se dio o nació la leyenda de esta piedra?

Bien, una de las primeras historias que nos habla del origen de esta piedra filosofal, es la propia historia de la creación. Recordemos que en aquellas épocas, si bien se mantenía una mente científica, las formas de pensar, de trabajar e incluso de hacer ciencia, estaban muy ligadas a la magia, el creacionismo y el esoterismo. Es por ello que una de las primeras teorías que se tuvo de la piedra filosofal viene de la creación misma, y se dice que fue dada por Dios a Adán en la misma creación, siendo que el árbol de la vida, que se menciona en las escrituras, era en realidad un altar en el que yacía la piedra, y que mediante su uso podían vivir eternamente. Esto se puede creer porque los alquimistas manejaban un lenguaje para confundir a los profanos, en el que se le daba nombres aleatorios, o con significado distinto, a elementos que no se quería que la gente comprendiera, y que al tomar la idea de un árbol, entonces la gente sin este tipo de comprensión pensaría (como hacemos todos) en un árbol con frutos de inmortalidad. 

Otra de las teorías que hablaban de su formación, decían que la piedra original (la primera en formarse al tiempo que el universo) era el resultado de la unión perfecta de los elementos con el espíritu, y que sus atributos eran incluso mayores que los de cualquier piedra que ellos pudiesen crear. No obstante, eso no impedía que siguieran trabajando en ella, buscando la forma de unir el agua, el fuego, la tierra y el viento a una amalgama perfecta junto con la fuerza universal, con el fin de crearla. 

Sus atributos y poderes

La piedra filosofal era un elemento buscado y rara vez “encontrado” por los alquimistas. Una de las razones por las cuales todo el que se iniciaba en este mundo quería encontrar el santo grial alquímico, era porque sus atributos eran nada desdeñables. Según se cuenta sus poderes y beneficios eran tales, que para muchos el encontrarla, fabricarla u obtenerla sería la culminación de sus carreras. Estos atributos eran: 

• Transmutación: Se cuenta que quien tuviera la piedra filosofal podría convertir metales en oro con tanta facilidad como agregar tintura a un vaso de agua y ver cómo cambia de color. 
• Curación: La piedra filosofal se decía que podía utilizarse para fabricar un elixir con el cual, al aplicarlo sobre la piel podría curar cualquier herida, y si se ingería sanaría cualquier herida interna o enfermedad. 
• Inmortalidad: Lo más importante para muchos alquimistas era que por medio de esta piedra y del elixir antes mencionado, podía llegarse a gozar de una salud tal, que la inmortalidad sería de hecho posible. Esto es también basado en la teoría bíblica, en la que se explica la longevidad de los primeros patriarcas.
• Transformación: También se decía que podía transformar las piedras comunes en piedras preciosas y diamantes.
• Iluminación: Una de sus propiedades quizás menos espectaculares, pero aun así muy útiles, es que podía usarse para elaborar lámparas que nunca se apagaban.
• Sabiduría: La piedra filosofal era también conocida por otros alquimistas como una metáfora para la perfección, atribuyéndose a sí mismos el concepto de un metal impuro, que posteriormente era transformado al metal más puro conocido: oro. Era, en algunos casos, una metáfora para explicar que el mago había alcanzado la iluminación. Que había conseguido la piedra filosofal. 

Importancia en la actualidad

Aunque Muchos de nosotros conocemos esta piedra por los libros de Harry Potter, lo cierto es que tanto ella como al más famoso alquimista al que se le atribuye su consecución: Nicolas Flamel, han sido vistos en una gran cantidad de libros, series y películas, y es que el ser humano, aunque la ciencia avance cada día un poco más, seguirá sintiéndose fascinado por todo lo que tenga que ver con el esoterismo, y todavía hoy la piedra filosofal tiene una gran importancia.

Un dato curioso; si bien no se ha demostrado que algún alquimista tuviera éxito en convertir metales en oro, sí se demostró que puede hacerse. En el año 1980, el físico americano Glenn Seaborg fue el primero en conseguir “transmutar” plomo en oro, pero solo con la utilización de métodos nucleares, que no perecían viables en esa época, pues se necesitaba una gran cantidad de fuerza y energía para transmutar estos átomos. No obstante, se demostró que científicamente es posible, aunque no precisamente viable al ser un método muy costoso.

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