Bien... La magia. Todos en algún momento hemos leído sobre ella. Más tarde o más temprano, un lector se da cuenta de que existe un mundo maravilloso en el que los hombres pueden mover objetos con la mente, congelar ríos con un soplido, o conjurar objetos de la nada. Todos soñamos con un mundo en el que, en algún momento de tu vida, llega una lechuza con una carta en el pico donde se te invita a asistir a una escuela de magia en Londres, y te ves luego comprando tu primera varita en Ollivander's (Porque es que no puedo ser yo el único que alguna vez soñó con esto, ¿verdad?)
Pero aunque Rowling y Tolkien sean parte de los más afamados escritores que trajeran la magia a nosotros, hubo muchos antes que relataron prodigios mágicos. Médicos, alquimistas, boticarios, incluso magos reales que vivieron mucho antes que nosotros y que conocían al dedillo las formulas misteriosas de realizar estos actos.
Vamos que, desde los albores del tiempo el ser humano ha deseado hacerse con una pizca de poder mágico; incluso se habla en la biblia de los hechiceros. Cuando los hechiceros de faraón echaron al suelo sus varas y estas se transformaron en serpientes a la vista de todos.
Bueno, la magia en sí es la forma mediante la cual una persona, bien sea por medio de encantamientos, un golpe de varita, un amuleto mágico o algo así, es capaz de organizar a su manera las leyes naturales. En palabras de un profesor un tanto arrogante, podríamos "Embotellar la fama, preparar la gloria, e incluso ponerle un alto a la muerte".
Es por ello que la gente sueña con esto. Pero, ¿Qué tan cerca está la gente común de conseguir estos poderes?
No, no vengo a decirte que he venido a enseñarte como puedes hacer magia ni preparar pociones ni nada de eso (ojalá). Pero lo cierto es que, desde mucho antes de los mitos artúricos, donde Merlín era el mago principal, se sabe que los hechiceros son la gente más sabia de un reino. Son gente que (como nosotros) tienen un ansia de conocimiento que no puede ser llenada. Es aquí donde digo que muy pocas de las personas de esta época podrían siquiera soñar con serlo. Porque el mago debía leer todo lo que tuviese enfrente, y retenerlo. En estos tiempos muchas menos personas podrían conseguir esto. Ya saben, por lo de las selfies y las redes sociales.
Es por ello, estimado hechicero en potencia, que he decidido llamarte así en este blog. Porque este es un lugar destinado para lectores; para gente que desea conocer más. Así que continua leyendo todo lo que encuentres, y suscribete, porque cada semana, día o cuando me nazca del corazón, subiré algo nuevo sobre estos temas. Ambientados básicamente en El Universo del Corazón. Pero igual de disfrutables.
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